miércoles, 30 de diciembre de 2009

Dos nuevos sacerdotes para la diócesis de Zárate-Campana








Belén de Escobar (Buenos Aires), 30 Dic. 09 (AICA)

Ordenación sacerdotal
El obispo de Zárate-Campana, monseñor Oscar Sarlinga, ordenó presbíteros a los diáconos Alfredo Antonelli y a Fernando Fusari, en una misa celebrada el pasado 19 de diciembre en la co-catedral de la Natividad del Señor, en la localidad bonaerense de Belén de Escobar.

Una multitud de fieles provenientes de diversas comunidades diocesanas, entre ellas San Antonio de Areco, de donde son oriundos los nuevos sacerdotes, colmó el templo y el gran salón continuo, desde donde siguió la ceremonia en pantalla gigante.

La Eucaristía fue concelebrada por 57 sacerdotes, entre los cuales estaban el vicario general, monseñor Edgardo Galuppo; el pro-vicario general y rector del Seminario San Pedro y San Pablo, monseñor Santiago Herrera; el vicario de Pastoral, monseñor Justo Rodríguez Gallego; el párroco de la Natividad, presbítero Daniel Bevilacqua; el párroco de San Antonio de Areco, presbítero Santiago Whelan, y el presbítero Oscar Menescardi, rector del Seminario de Gualeguaychú.

Asistieron además cinco diáconos permanentes y los seminaristas del Seminario San Pedro y San Pablo, así como religiosos, religiosas, y autoridades civiles del partido de Escobar.

Los neopresbíteros recibieron su formación en el Seminario Mayor María Madre de la Iglesia, de la diócesis de Gualeguaychú, donde eran enviados los seminaristas de Zárate Campana, y concluyeron los estudios teológicos en la Facultad de Teología de la Universidad Católica Argentina.

El presbítero Fernando Fusari nació en San Antonio de Areco el 13 de mayo de 1980, participó de los grupos juveniles y de la Legión de María, así como del Movimiento de Jóvenes “Partida”, del cual el obispo lo nombró asesor.

El presbítero Alfredo Antonelli nació también en San Antonio de Areco, el 23 de octubre de 1983. En su parroquia fue catequista de comunión y confirmación.

En su homilía, monseñor Sarlinga les pidió que ejerzan el ministerio “con gran esperanza, con la serenidad de hacer las veces de Aquel ‘Emmanuel’, ‘Dios-con-nosotros’, que nos vino a liberar para así introducirnos en el camino de la ‘novedad’ de vida, porque Él hace nuevas todas las cosas”.

Asimismo, los instó a “no olvidar que, como lo dijo recientemente Benedicto XVI, al presentar como modelo a San Juan María Vianney, la fecundidad sacerdotal derivará de la confluencia de la santidad objetiva del ministerio con la subjetiva del ministro”.

“El método pastoral más primigenio y más eficaz es la santidad de vida, en la total identificación con su ministerio”, concluyó.

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